¿Conectarse o desconectarse?

La vida actual es intensa en términos de la información que se genera y de la velocidad con que se recibe en cualquier parte del orbe. Contar con una red de internet es estar conectado al momento a todas partes por diferentes medios: diarios y revistas con versiones electrónicas, libros digitales, redes sociales, páginas web personales y de negocios y los pululantes blogs.

La internet es tan indispensable que las ciudades del presente -no las del futuro- necesitan ser planeadas en base a su capacidad de recibir una señal de internet a la velocidad más rápida conocida o por conocer. La red cibernética es un requisito indispensable para el desarrollo de las sociedades, a la manera en que lo fueron las fuentes de agua y el ferrocarril en el siglo XIX y la electricidad y las carreteras en el siglo XX.

Zettabytes,  un uno seguido por veintiún ceros es la potente red que se requerirá para las ciudades de 2020 en Estados Unidos, según un artículo de Thomas L. Friedman aparecido el tres de enero en el New York Times. No obstante,  la internet también ha creado tal grado de dependencia y totalitarismo en sus vidas, que muchas personas buscan evadir todo tipo de comunicación aislándose en la medida de los posible un rato cada día, un día cada semana, incluso varios días al año. 

¿Qué es lo que buscan estas personas saturadas de información?  Disfrutar de la tranquilidad que brinda un nuevo servicio de hotelería, que ofrece la desconexión absoluta de cualquier medio de comunicación mediante la deliberada ausencia de televisión, señales telefónicas y de internet. Hay quienes poseen los medios para pagar esta tranquilidad artificial y quienes alquilan paz y seguridad genuinas en remotas aldeas japonesas. (Pico Iyer. Reforma, 7 de enero)

¿Podríamos los mexicanos saltarnos varios años de hastío informático y encontrar un término medio aceptable entre el atraso total de algunas de nuestras comunidades sin servicios de red y las nuevas ciudades-paraísos informáticos norteamericanos? Es decir, ¿podríamos contar con un porcentaje elevado de hogares mexicanos en los que existan confort y eficiencia cibernética que permita mantenerse conectados a la información que se genera a diario en el mundo, sin llegar al grado de desear evadirse? 

Creo que necesito desconectarme en alguna aldea japonesa…

Publicado en Vértice diario el 28 de enero de 2012.



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