Xenofobia

El triunfo del socialista François Hollande no es la sorpresa en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia, el domingo 22 de abril. Lo asombroso para los analistas es el repunte de la ultraderecha que obtuvo casi un 20% de los votos emitidos por los ciudadanos, convirtiéndose así en la tercera fuerza después del 28.5% que obtuvo el socialista Hollande y del 27% del presidente conservador Sarkozy. Estas cifras convierten a la candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen, en la primera en lograr este record histórico para su partido.

Si bien François Hollande es el gran favorito para llegar la presidencia -su victoria en la primera vuelta ha reactivado el socialismo no sólo en Francia sino en Europa- el propio candidato ha reconocido que los votos de la izquierda, tal vez no sean suficientes para su triunfo. El alto porcentaje obtenido por la hija de Jean-Marie Le Pen, fundador de su partido, darán la oportunidad a la ultraderecha de convertirse en la balanza de las elecciones del 6 de mayo.

No parece, sin embargo, que los ultraderechistas al mando en el partido estén dispuestos a soltar a su electorado para favorecer a ninguno de los otros dos candidatos. Le Pen aspira a hacer explotar el sistema político francés para convertirse en jefa de la oposición y lograr que Francia ya no sea como antes: Desea mantener la recién ganada posición de poder de la ultraderecha dentro de la Asamblea Nacional, el órgano legislativo francés, para influir en la toma de decisiones.

Esto no impide que tanto Sarkozy como Hollande hayan empezado a dirigir sus afanes para atraer a los votantes del Frente Nacional. El primero hizo una clara referencia a sus tendencias xenófobas al decir que quiere reducir la inmigración, sometiendo a un examen de francés a todos los extranjeros para garantizar que podrán integrarse a su país. Hollande por su parte ha tenido que modificar sus consignas sobre el tema, afirmando que mantendrá su postura abierta hacia la migración legal pero será duro con las redes de inmigración ilegal.

Así, con la ultraderecha crecida a niveles nunca vistos en las últimas décadas y convertida en la tercera fuerza nacional –según los analistas gracias a las crisis nacional, regional y mundial-, la xenofobia se ha convertido en el tema principal de los candidatos, con la intención de quitar la mayor cantidad de votos a Marine Le Pen. Aunado a ello, los pronósticos apuntan a que el Frente Nacional preferiría dar un voto de castigo a Sarkozy y con ello aseguraría la victoria de Hollande. Parece ser la crónica de una victoria anunciada para el socialismo en Francia.

Publicado en http://www.verticediario.com el 28 de abril de 2012.